martes, 6 de julio de 2010

Mercados de futuros y agricultura familiar

Autor: Secretaria del FRM

“Limitar o prohibir los mercados especulativos puede traer más inconvenientes que ventajas”

Esta es una de las conclusiones a la que llega un Informe de Política recientemente publicado por la FAO. Esta afirmación se basa en que si se intervienen los mercados de futuros, los especuladores dejarían de sentirse atraídos por los mismos de forma que en computo general se reduciría la liquidez disponible en el mercado para garantizar su cobertura y mantener una cierta estabilidad de los precios de las materias primas.

El mercado de materias primas se caracteriza entre otros aspectos por estar sujeto a una alta volatilidad en el precio (debido principalmente a las variaciones climáticas y su impacto sobre la oferta) y la existencia de una estructura de mercado que reúne a un gran número de productores, consumidores, operadores y por lo tanto a un volumen importante de negociación muy propicio para los mercados de futuros.

Los mercados de futuros de productos básicos desempeñan un papel muy importante dentro de los mercados alimentarios. El mecanismo original de estos mercados de futuros consiste en establecer unos contratos de futuros que conllevan la obligación formal de vender o comprar una cantidad determinada de productos básicos en un momento y precio específicos. Esta es una herramienta que en cierto modo venía a responder a una necesidad compartida tanto por oferentes y demandantes de materias primas de establecer unos precios que les protegieran de fluctuaciones peligrosas de los precios.

Actualmente, la Chicago Board of Trade marca los precios a través de sus corredores que, disponiendo de información privilegiada, se dedican muchas veces a especular, tomando posiciones en el mercado, lo que supone una apuesta bien de que el precio irá al alza o bien de que irá a la baja. El problema radica en que un porcentaje muy bajo de los contratos firmados terminan por finalizarse ya que se suelen negociar con anterioridad a la fecha de cierre prevista inicialmente. Esto hace que estos mercados se conviertan en un imán que atrae a muchos especuladores e inversores que se rigen meramente por intereses económicos. De esta forma se cambia la finalidad de estos mercados que pasan de ser instrumentos de regulación a incluso vulnerar la seguridad alimentaria de millones de personas se vea gravemente en riesgo.
El Foro Rural Mundial denuncia las situaciones de especulación que rodean a los mercados de futuros que van en contra del principio original de los mismos que no era sino garantizar una estabilidad en los precios. Estos movimientos especulativos no hacen sino agravar la situación de indefensión de millones de pequeños productores agrarios frente a grandes inversores que son los que fijan los precios y también de millones de consumidores. Un claro ejemplo de ello es la crisis de alimentos de hace un par de años que tal y como recoge el Informe se vio agravada por estos movimientos bursátiles. Y por ello aboga por establecer cierto control sobre estas actividades bursátiles que repercuten en la seguridad alimentaria y el modo de vida de miles de millones de personas.

Las 282 organizaciones que están apoyando la campaña a favor de un Año Internacional de la Agricultura Familiar buscan entre otros objetivos minimizar los movimientos especulativos sobre los mercados agrarios. Y consideran que la respuesta a la demanda mundial de alimentos ha de ser satisfecha principalmente por una agricultura respetuosa con los recursos naturales, que fomente el empleo y el desarrollo endógeno y que permita la participación de las organizaciones agrarias en la toma de decisiones que les afectan tan directamente.

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